Estamos a muy pocos días de cerrar el año y es momento de pararte a reflexionar, echar la vista atrás y hacer balance de cómo ha sido este 2018.
Pero ¡ojo! no me estoy refiriendo a sacar el látigo y fustigarte porque querías haber hecho esto o lo otro y no ha sido así, porque algo no ha salido bien o porque no has avanzado todo lo que querías.
Lo que yo te propongo es un ejercicio desde el amor a ti misma y desde la compasión, es decir, revisar tu año dejando de lado esa figura interna que todos tenemos de autoridad crítica y que en lo único que se fija es en la carencia.
El objetivo de este ejercicio es que detectes aquellos puntos de movimiento que se han dado este año. Se trata de estos pequeños puntos que han supuesto un pequeño cambio o punto de inflexión.
Yo lo hago cada año y creo que es un ejercicio buenísimo, así que voy a pasarte un listado de preguntas que te ayudarán a encontrarlos.
Cuando pienses en cada pregunta, mantente atenta a las imágenes, metáforas o sensaciones corporales que te lleguen. Es aquí donde se encuentra la información que estás buscando.
Te aviso desde ya que este es un ejercicio que requiere tiempo, así que tómalo con calma.
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